jueves, 5 de julio de 2007
miércoles, 4 de julio de 2007
DÍAS DE COLORES
pero los grises pronto llegaran,
y tengo miedo de que me dejes solo en el hielo
sin arropar,
y sienta frío.
y los azules están al llegar,
y tengo miedo de que una marea me inunde
sin avisar,
y sienta frío
Frío
Y que los pájaros mueran sin ti
Frío
Las piedras lloren su sangre
de tanto frío
La gente sea cobarde
Frío
Y yo me muera sin ti
Los días rojos se murieron ya,
pero los blancos pronto nacerán,
y tengo miedo de que esta canción no te guste
si es para ti,
y sientas frío.
y los violetas nos visitaran,
y tengo miedo de que olvidasen la utopía
en el portal,
y sientan frío.
Frío
Y que los pájaros mueran sin ti
Frío
Las piedras lloren su sangre
de tanto frío
La gente sea cobarde
Frío
Y yo me muera sin ti
martes, 3 de julio de 2007
ME VOY
Una mezcla de emociones se agolpa en mi pecho impidiéndome respirar: ilusión, esperanza, alegría, incertidumbre, tristeza, nostalgia… y hasta miedo.
Cuando comencé a preparar mi viaje, nada me asustaba, pero ahora todo el mundo me repite “ten mucho cuidado”, y a sólo unas horas de partir, no paro de preguntarme… ¿realmente correré peligro?
Supongo que siempre sentimos nuestro hogar como el lugar más seguro de todos, pero la realidad es que hoy en día, por desgracia, nadie se salva de la lacra del terrorismo. Además, si el destino decidiera que ha llegado mi hora, la muerte podría venir a buscarme tanto allí como aquí. Así que, ¿de que sirve preocuparse?
Me voy lejos, es cierto, y me voy a un lugar que dista mucho de lo que conozco, pero tal vez sea esto lo que necesite para seguir creciendo. Algo me dice que todo saldrá bien.
Al contrario que muchos, que andan con la barbilla bien alta, no me voy con la intención de cambiar el mundo. Yo no soy quién para darle la vuelta a nada, y menos a lo que no conozco. Al fin y al cabo, el que se cree con derecho a modificar algo, ¿no está dando por supuesto que su visión es la correcta, única y verdadera?
Tampoco me voy, como otros, con la prepotente alma de la caridad. Ellos tienen tanto que ofrecerme como yo a ellos.
Simplemente... me voy.
Así pues, me voy con los ojos bien abiertos. Me voy con ojos de descubrir.
Me voy con las manos bien abiertas. Me voy con manos de dar y recibir.
Algo me dice que todo saldrá bien.
Quién sabe, es verano, ¿no? Quizá, al fin, sea tiempo de cosecha.