jueves, 25 de diciembre de 2008

Changeling

Además de las “fabulosas” películas navideñas para todos los públicos que encontramos en la cartelera por estas fechas, por suerte, también podemos toparnos con otras que realmente merecen la pena y que huelen a estatuilla, ya me entendéis.


El martes tuve el placer de ver Changeling (El Intercambio), de Clint Eastwood.


Como no me siento capacitada para hacer una crítica cinematográfica en condiciones, me limitaré a daros mi humilde opinión como persona que disfruta, y mucho, con el séptimo arte:


El Intercambio es la historia de una madre soltera, Christine, que un día, al volver del trabajo, descubre que su hijo Walter ha desaparecido. Tras un largo periodo de infructuosa búsqueda, la policía encuentra al niño… En realidad, a uno niño, pues Christine está convencida de que ese no es su hijo. Sin embargo, la policía hace todo lo posible para cerrar el caso, desviar la mirada pública del corrupto Cuerpo de Los Ángeles y demostrar que, en realidad, Christine está intentando eludir sus responsabilidades como madre.


La cuestión es que, lo que aparenta ser un drama familiar, termina convirtiéndose en un asunto de corrupción policial y política, mezclado a su vez con la vida de un psicópata y un homicidio múltiple en primer grado… casi nada. Lo más escalofriante es que la historia se basa en hechos reales. Menos mal que en Hollywood la justicia siempre (o casi siempre) triunfa.


Sea como sea, la película es digna de ser disfrutada. La estética años 20 está sumamente cuidada, la banda sonora es magnífica, y he de reconocer que aunque Angelina Jolie no me gusta nada, seguramente éste sea el papelón de su vida (lo que no quiere decir que lo desempeñe a las mil maravillas, pero ya sabemos todos que por ser ella, se llevará el Óscar a Mejor Actriz).


Clint Eastwood, cuando se lo propone (como en Mystic River) es un genio: elegante y clásico, sin llegar a parecer rancio o rígido; brutal, a la vez que enternecedor.


Creo que sabe reflejar muy bien lo que mueve a las personas, los sentimientos y las relaciones humanas. Es cierto que en algunas escenas (como la del interrogatorio del chico que aparece) recurre al método de “lágrima fácil”, pero durante el resto de la película, desde los primeros minutos, lo verdaderamente emotivo es la relación madre-hijo que nos muestra, aquella mecida únicamente por el amor incondicional.


En ese amor se basa todo el film. Porque sin amor no habría búsqueda, ni lucha, ni espera, ni esperanza (“I feel him”).


No sé, será que soy una sensiblona, o que me salió en instinto maternal, quién sabe, pero no pude evitar llorar a moco tendido con el último diálogo de la película.


Pensar que la vida de una mujer puede basarse únicamente en la esperanza que alberga en su corazón de recuperar a quien ama… es demoledor.


No dejéis de ir al cine.

jueves, 18 de diciembre de 2008

La madrugada tiene ojos hinchados
y pestañas sin máscara.
Hace ya veintiún años que no duermo.

Y no soy más que un perro malcriado,
mojado y con el rabo entre las piernas,
que aúlla tras morder la mano de su dueño.

Mil te quieros estallan
en el corazón y se estrellan
contra la pared de mi habitación.

¿Quién calmará mis ansias
y colmará mis sueños?
¿Quién más espantará a los cuervos
que sin piedad se lanzan a arrancarme los ojos?

¿Quién si no tú, mi vida,
apartará las piedras del camino?
¿Quién me hablará de amor
conjugado en adverbios de infinito?

¿Quién me despertará esta noche
cuando llore dormida?
¿Quién vendrá a sacarme
de esta pesadilla… que no termina?

Marta B.

17-11-2008

martes, 2 de diciembre de 2008

Io lavoro, e penso a te;
torno a casa, e penso a te;
le telefono, e intanto penso a te;
come stai? e penso a te;
dove andiamo? e penso a te;
le sorrido, abbasso gli occhi, e penso a te.

Non so con chi adesso sei,
non so che cosa fai,
ma so di certo a cosa stai pensando.
È troppo grande la città per due che, come noi,
non sperano però si stan cercando.

Scusa, è tardi, e penso a te;
ti accompagno, e penso a te;
non sono stato divertente, e penso a te;
sono al buio, e penso a te;
chiudo gli occhi, e penso a te;
io non dormo, e penso a te.