lunes, 4 de febrero de 2008

El artista torturado

"Lamento decirte algo así, pero nunca serás feliz.

No pretendo hacerte daño con estas palabras. Si te lo digo es porque quiero ser sincero contigo antes de empezar, es lo justo. Espero que lo valores, porque nadie volverá a ser justo o sincero contigo.Así que, una vez más, te lo digo desde ahora: nunca serás feliz. Te lo pongo por escrito, para que puedas leerlo.

Quiero que salgas a la calle en el día más dulce y soleado del año y con toda tranquilidad lo repitas en voz alta. "Nunca seré felíz". Aunque haga calor verás tu propio aliento, frío y humeante, como si subrayase tus palabras. Para evitarlo, dilo con orgullo, como haría un hombre sabio. "¡Nunca seré felíz!" Inténtalo algún día.

Cuando pienso en tí, imagino una nube flotando sobre tu cabeza, como en los dibujos animados, tu aguacero privado. Te veo empapado, completamente hundido y siempre enfermo porque nunca acabas de secarte. Deprimido por el mal tiempo, tu llanto alimenta un pequeño rio, pero las lágrimas se evaporan y forman otra nube que te vuelve a llover encima. Nunca ganarás.

Será triste. Nunca conseguirás a la chica. No salvarás el mundo. Nunca hallarás el amor verdadero. No encontrarás un amigo de confianza. Nunca estarás satisfecho. Nunca tendrás bastante. Los enanos de tu circo te sacarán dos cabezas. Se les quedará pequeño el disfraz. Tus días serán largos y nada divertidos. Tus noches serán solitarias y poco más. Siempre esperarás días mejores que nunca llegarán. Y sobre todo, jamás alcanzarás una mínima paz de espíritu.

[...]

Date por avisado."

2 comentarios:

Anónimo dijo...

si un artista esta feliz y contento no crea, es ley de vida, y si crea, no es arte, el arte es torturado y edonista

Marta B. dijo...

No sé si estoy de acuerdo con eso... El arte es torturado, pero no hedonista. No busca el placer como fin último, aunque el que crea siente el dulce deleite de hacerlo y la liberalización de sus sentidos.

Creo que el fin del artista es transmitir a través del arte lo que no puede transmitir de otra manera; mostrar aquello que no puede entenderse, sólo sentirse. Y en todo caso, es hacer hermoso y mágico lo cotidiano.